1 Timoteo 1:18 NVI
18 Timoteo, hijo mío, te doy este encargo porque tengo en cuenta las profecías que antes se hicieron acerca de ti. Deseo que, apoyado en ellas, pelees la buena batalla
Hechos 27:1-44 NVI
7 Durante muchos días la navegación fue lenta, y a duras penas llegamos frente a Gnido. Como el viento nos era desfavorable para seguir el rumbo trazado, navegamos al amparo de Creta, frente a Salmona. 8 Seguimos con dificultad a lo largo de la costa y llegamos a un lugar llamado Buenos Puertos, cerca de la ciudad de Lasea.
13 Cuando comenzó a soplar un viento suave del sur, creyeron que podían conseguir lo que querían, así que levaron anclas y navegaron junto a la costa de Creta. 14 Poco después se nos vino encima un viento huracanado, llamado Nordeste, que venía desde la isla. 15 El barco quedó atrapado por la tempestad y no podía hacerle frente al viento, así que nos dejamos llevar a la deriva.
23 Anoche se me apareció un ángel del Dios a quien pertenezco y a quien sirvo, 24 y me dijo: “No tengas miedo, Pablo. Tienes que comparecer ante el emperador; y Dios te ha concedido la vida de todos los que navegan contigo”. 25 Así que ¡ánimo, señores! Confío en Dios que sucederá tal y como se me dijo. 26 Sin embargo, tenemos que encallar en alguna isla».
33 Estaba a punto de amanecer cuando Pablo animó a todos a tomar alimento: «Hoy hace ya catorce días que ustedes están con la vida en un hilo, y siguen sin probar bocado.
44 y de que los demás salieran valiéndose de tablas o de restos del barco. De esta manera todos llegamos sanos y salvos a tierra.
La forma natural en que interpretamos las cosas, en que hacemos pronósticos del futuro, se basa normalmente en los que vemos. Esto no es algo malo en sí, es parte de la inteligencia que Dios nos da. Toda nuestra realidad la construimos en lo que vamos viendo.
Nosotros vemos este mundo terrenal, pero hay una realidad invisible que es mucho más fuerte que lo que vemos. De esto se trata la fe, de basar nuestra realidad a partir del mundo invisible. Algo real, pero invisible para los ojos naturales. En el mundo espiritual debemos creer que la palabra de Dios se cumplirá aunque todo parezca contrario.
Cuando todo parece difícil, debemos recordar estas palabras que Pablo le expresa a su hijo Timoteo. Recuerda las palabras que Dios ha dicho sobre ti, aférrate a esas promesas proféticas. Somos instruidos por Dios a enfrentar las dificultades aferrando nuestra fe a las palabras proféticas que Dios nos ha dado. Tal y como Él lo dijo, lo cumplirá.
En hechos 27 encontramos una historia donde el Apóstol Pablo había sido encarcelado por predicar el evangelio, muchos fariseos se levantaron en su contra. Pablo había apelado su juicio para que fuera llevado delante del emperador romano. Pablo era un hombre con cierta experiencia en navegar, y este pasaje dice que cuando Pablo vio las circunstancias del mar y la tempestad, alertó a la tripulación de que el viaje sería peligroso. Los centuriones romanos no le hicieron caso a las palabras de Pablo. El pasaje continúa, y dice que hubo un viento a favor, y toda la tripulación pensó que les iría bien. No siempre cuando vemos todo favorable a nuestro alrededor significa que es de parte de Dios. Finalmente, un viento huracanado vino sobre el mar y gran tempestad los alcanzó. La clave es estar atentos a la voz de Dios. Sin importar las condiciones a nuestro alrededor, favorables o desfavorables, si tenemos paz o no tenemos paz en nuestros corazones, la clave siempre será estar atentos a la voz de Dios.
Los tripulantes perdieron la fe de que iban a sobrevivir a esa tempestad. 276 personas iban en el barco, perdieron la esperanza, incluyendo a Pablo, a Lucas, los centuriones romanos, todos perdieron la fe.
Pero luego, Pablo logra escuchar la voz de Dios y lanza una palabra profética: Cobren ánimo, ninguno de ustedes perderá la vida.
En el momento que Pablo recibe la palabra de Dios, cobró el ánimo y comenzó a animar a las personas que estaban a su alrededor. Ya no importaba la tempestad, las olas, el viento, solo importaba la palabra de Dios. La palabra profética es más real que tus circunstancias. No podemos medir la validez de la palabra de acuerdo a las circunstancias, la palabra de Dios es más real de lo que estamos viendo. El ánimo de Pablo dejó de estar basado en las circunstancias, se empezó a basa en la palabra de Dios y eso lo comenzó a levantar.
Un ángel de Dios se le apareció a Pablo y le dijo: No tengas miedo. Mientras toda la tripulación estaba alarmada, Pablo se apartó para poder escuchar la voz de Dios. En ese lugar apartado pudo escuchar la voz de Dios a través del ángel donde le recordaba: Pablo, tú tienes una misión de parte de Dios, tienes que comparecer frente al emperador, y mientras no se cumpla todavía, estarás protegido por Dios. Eso es lo que Dios te dice hoy: Tu tienes un propósito que cumplir, mientras ese propósito no se cumpla, Dios estará protegiéndote y obrando a tu favor.
"Confío en Dios que sucederá tal y como ÉL lo dijo", estas fueron las palabras de Pablo ¿Cuántos podemos decir esto hoy? ¿En qué estás confiando? Sé que es difícil, pero de eso se trata la fe. Busquemos palabras proféticas en medio de este tiempo para aferrarnos y pelear proféticamente. Quizá el barco se va a perder, pero tienes que creer y aferrarte a la palabra de Dios.
Más adelante el pasaje cuenta que muchos tripulantes querían salir del barco, y Pablo le dijo al centurión que si ellos saltaban del barco todos iban a morir. Contrario a lo que sucedió al principio, donde el centurión no le hizo caso al consejo de Pablo, en esta ocasión el centurión sí escuchó a Pablo, un centurión romano estaba haciéndole caso a un preso. Cuando tu tienes esperanza en medio de la dificultad, te vuelves la persona más influyente del lugar. Si en tu hogar han tenido miedo, preocupación, ansiedad, estrés, pero en ti hay esperanza, te vuelves la persona más influyente de tu casa y eso se convierte en la puerta abierta para mostrar el evangelio a los que están a tu alrededor. La influencia se gana por la esperanza.
Pablo volvió a levantar el ánimo, los tripulantes estaban tan estresados que ni querían comer. Pero Pablo partió el pan y empezó a tener comunión con todos los tripulantes. Todos cobraron ánimo.
Más adelante, en efecto, el barco se perdió, pero todos llegaron con vida.
Es tiempo de buscar una palabra de parte de Dios. Aferrarnos a ella y pelear proféticamente.
CONÓCEME MEJOR.
PROFUNDICEMOS EN EL MENSAJE
OREMOS CONFORME AL MENSAJE
Espíritu Santo, ésta es la tormenta que estoy pasando hoy, pero sé que tu tienes una palabra para mi, sé que hay una palabra de esperanza y dirección. Hoy puedo confiar de que en mi vida hay propósito y mientras no se cumpla completamente, puedo caminar confiado que todas las cosas que estoy viendo hoy servirán para mi bien. Espíritu Santo, dame la palabra que necesito hoy. Padre, queremos escuchar tu voz y aferrarnos a tus palabras.
RETO DE LA SEMANA
Parte 1
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