Gracia milagrosa

Resumen y preguntas de discusión

Pasaje principal

Gálatas 3:1-6 NVI
“¡Gálatas torpes! ¿Quién los ha hechizado a ustedes, ante quienes Jesucristo crucificado ha sido presentado tan claramente? 2 Solo quiero que me respondan a esto: ¿Recibieron el Espíritu por las obras que demanda la ley, o por la fe con que aceptaron el mensaje? 3 ¿Tan torpes son? Después de haber comenzado con el Espíritu, ¿pretenden ahora perfeccionarse con esfuerzos humanos? 4 ¿Tanto sufrir, para nada? ¡Si es que de veras fue para nada! 5 Al darles Dios su Espíritu y hacer milagros entre ustedes, ¿lo hace por las obras que demanda la ley o por la fe con que han aceptado el mensaje? 6 Así fue con Abraham: «Le creyó a Dios, y esto se le tomó en cuenta como justicia».”

Pasaje secundario

Lucas 5:12-14 NTV
12 En una de las aldeas, Jesús conoció a un hombre que tenía una lepra muy avanzada. Cuando el hombre vio a Jesús, se inclinó rostro en tierra y le suplicó que lo sanara.
—¡Señor! —le dijo—, ¡si tú quieres, puedes sanarme y dejarme limpio!
13 Jesús extendió la mano y lo tocó:
—Sí quiero —dijo—. ¡Queda sano!
Al instante, la lepra desapareció. 14 Entonces Jesús le dio instrucciones de que no dijera a nadie lo que había sucedido. Le dijo: «Preséntate ante el sacerdote y deja que te examine. Lleva contigo la ofrenda que exige la ley de Moisés a los que son sanados de lepra. Esto será un testimonio público de que has quedado limpio».

Puntos principales

Llegamos al cierre de nuestra serie: Gracia sobre Gracia. Finalizamos estudiando el cuarto aspecto donde intentamos ganar el favor de Dios: Milagros (oraciones respondidas, la acción de Dios)

EL PROBLEMA
Si meditamos un poco en la serie que hemos estado estudiando, es posible sentirse identificado con los gálatas, a quienes Pablo llamó  "torpes" al no reconocer que somos merecedores de recibir todas las bondades que tiene Dios para nosotros, no por nuestros propios méritos sino por el mérito de Jesús en la cruz.

¿Cuántos de nosotros hemos estado esperando un de repente de Dios? ¿Cuántos de nosotros necesitamos un milagro?
Cuando nos referimos a un milagro, no hablamos de algo que usted puede resolver por sus fuerzas, porque entonces no sería un milagro sino una solución natural. Un milagro lo necesitamos cuando tenemos todas las puertas cerradas, cuando no hay un plan B y lo único que tenemos a la mano es una intervención divina.

El problema no es creer que existen los milagros, el problema es creer que YO puedo recibir uno. Creer en la existencia de milagros se hace por razonamiento, pero creer que yo puedo recibir un milagro, se necesita FE, eso viene por la FE.
Y es justamente lo que Pablo nos dice, que los milagros vienen por FE y no por nuestras obras. Porque la mayoría de las veces que necesitamos un milagro, inmediatamente pensamos en que si somos dignos de recibirlo o por las cosas que hemos estado haciendo, creemos que ya nos merecemos lo que estamos pidiendo. Pero Pablo nos recuerda, no es por OBRAS sino por GRACIA, por la FE que hemos puesto en nuestro Señor Jesucristo.

Entonces un milagro lo recibo porque es un regalo y porque tengo FE en la obra que Cristo hizo por mí en la cruz, ni siquiera es tener fe en el milagro que estamos esperando, es la FE en lo que Cristo ya hizo por nosotros que yo voy a recibir.

La biblia, que es nuestra guía absoluta y la fuente de nuestra FE, está llena de milagros. Y nos lleva a fortalecer más este tema de los milagros cuando vemos a Jesús, su vida, Él vivía haciendo milagros, sino estaba multiplicando el pan, estaba sanando a alguien, resucitando otro, haciendo vino para una boda o caminando sobre el agua. Por eso Pablo dice, los milagros viene por poner nuestra FE en aquello que escuchamos de Jesús!!! Aleluya!!!

¿QUÉ DICE LA BIBLIA?
Al estudiar nuestro pasaje secundario notamos que Jesús se encuentra con un hombre que cargaba una terrible enfermedad, que era incurable en esos tiempos. Una enfermedad que poco a poco se comía el cuerpo de la persona, completamente dolorosa y que la relegaba a renunciar completamente a su vida. Los leprosos eran apartados fuera de las ciudades y vivían escondidos, para no contaminar a nadie. Básicamente una persona con esta enfermedad ponía fin a sus relaciones personales con su familia, amigos, a su futuro, sus sueños. Si los miraban cerca de las ciudades, los apedreaban hasta morir porque esa era la LEY.
La LEY afirmaba que ese leprosos merecía morir, por estar en esa condición. Era terrible. Y la biblia dice que la enfermedad de este hombre era muy avanzada, otras versiones dice que le cubría todo el cuerpo.

Pero este hombre con este diagnóstico terrible y con la probabilidad de ser apedreado hasta morir porque esa era la LEY, porque eso era lo que merecía, se atreve a buscar a Jesús, inclinar su rostro en tierra y pedirle que lo sanara. ¿cuántos de nosotros ante una situación adversa nos atrevemos a buscar a Jesús de esa forma? Para buscar a Jesús de esa manera se necesita humildad.

Este hombre estaba demostrando mucha FE hasta ese momento, se la estaba jugando por su milagro.

Hay dos cosas interesante que suceden cuando Jesús sale a escena a responder la pregunta de este hombre:

1. Extendió su mano y lo tocó. Jesús pudo solo soltar su palabra. Pero Jesús sabía que más allá del milagro de sanidad que ese hombre estaba solicitando, necesitaba otro milagro, y era en su corazón. Porque Jesús sabía que ese hombre necesitaba sentirse amado, aceptado y digno nuevamente (QUE GRANDIOSA GRACIA). Después de quien sabe cuantos años de no ser tocado por nadie, este hombre recibe un toque de parte de Jesús.

2. Y enmedio de aquello que ya no podía ser más maravilloso para aquel leproso, Jesús con amor le responde, SI QUIERO, QUEDA SANO. Este milagro del leproso lo citan tres de los cuatro evangelio, esto es el grito de Jesús a través de las escrituras diciendo: SI QUIERO, SI QUIERO, SI QUIERO!!!

Hoy Jesús te está diciendo: SI QUIERO perdonarte, SI QUIERO salvarte, SI QUIERO sanarte, SI QUIERO prosperarte, SI QUIERO darte hijos, SI QUIERO cuidar de tu familia, SI QUIERO ayudarte.

OBSTÁCULO
Dejemos de ver nuestra condición actual, lo que hemos estado haciendo o lo que hemos dejado de hacer, nos afligimos porque creemos que no somos merecedores ni siquiera de pedir. Y estamos alimentando nuestra Fe con ese veneno.

Cuando vemos a nuestro alrededor y vemos tanta crisis, creemos que quiénes somos nosotros para pedir algo diferente a lo que muchos les esta pasando, pero es ahí donde nos aferramos a la gracia, es ahí donde tenemos que tener valor y coraje y creer por algo diferente.

Seguramente al igual que ese leproso habian muchos otros leprosos, pero Él se atrevió apelar a la fuente de toda gracia, Jesus. A quien estamos apelando hoy iglesia, a la queja, a la amargura, o estamos viniendo delante de Él una y otra vez.

Dejemos de lado las dudas, sobre si Dios quiere o no lo quiere hacer con nosotros. Apelemos una y otras vez a su gracia, creyendo que Él lo hará. Ponle nombre a tu milagro, ese gigante se va derribar, el milagro va venir.

JESÚS
Jesús nos dio el SI QUIERO en la cruz. Si tenemos duda del SI QUIERO de Cristo para nuestras vidas, veamos esa CRUZ. Él estuvo dispuesto a morir, porque estaba seguro de su SI QUIERO para nuestras vidas.

La naturaleza de Cristo, es BUENA para con nosotros, Él siempre está dispuesto a ayudarnos, Él siempre está dispuesto a darnos su Sí. Cristo nos ama, no es por nuestros esfuerzos, es porque NOS AMA. Su naturaleza es amor.

Todos lo que se acercaron a Jesús buscando un milagro, tuvieron FE en Jesús.

Preguntas de discusión

CONÓCEME MEJOR

• Expresa con los miembros de tu grupo al menos una área particular de tu vida dónde estas esperado un de repente de Dios. Tambien, expresa si has sentido que no mereces lo que estas pidiendo.

PROFUNDICEMOS EN EL MENSAJE

• Isaías 53:4 habla acerca de la obra de Jesús. ¿Es necesario que la Iglesia reciba una mayor revelación sobre la obra de Jesús y la enormidad de nuestros pecados, para posicionarnos en un escenario donde la Gracia de Dios se manifieste sobrenaturalmente con: milagros, prodigios, maravillas, sanidades?

APLIQUEMOS EL MENSAJE

• Que cada miembro del grupo testifique al menos un milagro que ha recibido de Dios, para levantar nuestra fe unos a otros. Luego oren a Dios y pidan que su Espíritu Santo mude su mentalidad del "no quiero" al "SI QUIERO" de Dios.