De vuelta al primer amor

Resumen y preguntas de discusión

Pasajes principales

Apocalipsis 2:1-7 NVI

¹ »Escribe al ángel de la iglesia de Éfeso:
Esto dice el que tiene las siete estrellas en su mano derecha y se pasea en medio de los siete candelabros de oro: ² Conozco tus obras, tu duro trabajo y tu perseverancia. Sé que no puedes soportar a los malvados, y que has puesto a prueba a los que dicen ser apóstoles, pero no lo son; y has descubierto que son falsos. ³ Has perseverado y sufrido por mi nombre, sin desanimarte. ⁴ Sin embargo, tengo en tu contra que has abandonado tu primer amor. ⁵ ¡Recuerda de dónde has caído! Arrepiéntete y vuelve a practicar las obras que hacías al principio. Si no te arrepientes, iré y quitaré de su lugar tu candelabro. ⁶ Pero tienes a tu favor que aborreces las prácticas de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco. ⁷ El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que salga vencedor le daré derecho a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios.

Puntos principales

Cuando comencé a estudiar en la universidad, lo hice fuera de mi ciudad natal, y como parte de mi devoción por seguir a Dios tuve que buscar una iglesia a la cual asistir. La iglesia donde decidí asistir estaba a dos horas de distancia, es decir, todos los domingos tenía que viajar dos horas de ida y dos horas de venida. En ese momento de mi vida estaba tan emocionado, disfrutaba llegar todos los domingos a la iglesia, adorar y compartir con las personas que eran parte de la congregación. No me importaba la distancia que tenía que recorrer con tal de estar en ese lugar.
Mientras pasaron las semanas, el viaje comenzó a volverse cansado y rutinario, en lugar de emoción sentía desesperación. El amor que sentí al inicio fue disminuyendo y los actividad de viajar una larga distancia se volvió cansado, a tal punto que dejé de congregarme.

Muchas veces la rutina hace que aquello que al inicio hacíamos con pasión se convierta en algo cansado. Esto también sucede en nuestra relación con Dios. Cuando recién conocemos a Dios, oramos y adoramos producto de la pasión y asombro al descubrir el gran amor que Él tiene hacia nosotros.

Más que dejar de disfrutar las actividades, el servicio, los quehaceres, en el fondo de nuestro corazón lo que está sucediendo es que el amor que provocaba la motivación de hacer todas estas cosas se va apagando, se va enfriando. Las cosas que antes hacíamos como resultado natural del amor, ahora las estamos haciendo como un mero activismo. Dios quiere que regresemos a ese amor apasionado que impulsa todo en nuestra vida.

En este tiempo que hemos estado viviendo de cuarentena, el activismo con el que hemos llevado nuestra relación con Dios a disminuido, quizá antes de esta pandemia tu servías en la congregación dos o tres veces a la semana para reuniones, ensayos, entre otros. Es decir, tenías mucha actividad constante como servicio para Dios, y lo cierto es que hoy con la cuarentena no hacemos ni el 20% de esa actividad  que hacíamos cuando las reuniones eran presenciales. Lo mismo con la actividad que dedicábamos a nuestros trabajos o negocios de forma presencial, hoy tenemos las horas suficientes para pasar tiempo de calidad con nuestra familia, esposas, hijos, padres. Debemos entender que, más que la actividad, el amor es lo más importante. Es el tiempo perfecto para encender la pasión, el amor que provocaba ese impulso para hacer todas las cosas.

En la primera parte del pasaje en apocalipsis, nos damos cuenta que la iglesia de Éfeso era una iglesia influyente y muy activa. Pero si continuamos leyendo, nos damos cuenta que esa pasión con la que inició la iglesia en Éfeso se fue apagando.
El Señor reconoce cuatro buenas obras de esta iglesia: un arduo trabajo para servir, cuidaban una buena doctrina, perseverar en medio de las dificultades, aprendieron a resistir el pecado. Sin embargo, el Señor les reprocha haber olvidado su primer amor. En medio de toda la actividad en la iglesia, en medio de tanta acción, podemos perder de vista nuestra adoración a Dios. Cualquier cosa que hagamos por Dios y que no sea motivada por el amor, no perdurará.
Si descuidamos nuestra relación personal con Dios, nuestro servicio tarde o temprano se volverá una carga en nuestras vidas. Dios quiere que el amor sea lo que impulsa el servicio y la actividad.
Si descuidamos la adoración, podríamos crecer en conocimiento con una buena doctrina pero decrecer en amor. El conocimiento sin adoración, producirá orgullo y engaño.
Si descuidamos la adoración, podemos perseverar en las dificultades pero poco a poco podríamos terminar culpando a Dios por esas dificultades. La adoración nos permite reconocer el amor de Dios en medio de situaciones difíciles.
Si descuidamos la adoración, trataremos de resistir el pecado cayendo en la religiosidad, creyendo que resistir el pecado es el requisito para que Dios nos ame. Intentaremos ganar el amor de Dios. Solamente estando enamorados de Dios podremos resistir el pecado efectivamente. La santidad es fruto del amor, no el requisito para ser amados por Dios.

Si estas cuatro características u obras no son realizadas en un contexto de adoración, poco a poco irán apagando la flama del amor. El primer mandamiento para nosotros sigue siendo: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, y con todas tus fuerzas". No podemos descuidar nuestra intimidad con Dios por estar afanándonos con las demás cosas.

Al final del pasaje, el Señor nos da consejos prácticos para volver al primer amor. En primer lugar: Recordar de donde hemos caído, no pensando que esto habla de condenación sino más bien esta frase es un llamado a recordar los primeros momentos que tuvimos al recién conocer a Jesús. En segundo lugar: Arrepiéntanse, decidir cambiar la manera en que estoy haciendo las cosas, desear renunciar a la situación en la que estamos hoy.

Hoy Dios nos está llamando a reducir las actividades para incrementar nuestra intimidad con Él. Los amantes hacen más que los obreros. Volvamos al primer amor.

CONÓCEME MEJOR. 

• ¿Cuál fue tu primer servicio o actividad en la que participaste con la primera iglesia que visitaste en tu vida?
• ¿Cómo estás invirtiendo el tiempo que antes dedicabas a muchas actividades que hoy no puedes hacer producto de la cuarentena?

PROFUNDICEMOS EN EL MENSAJE

• ¿Cuáles crees que son los principales enemigos u obstáculos que nos detienen para pasar tiempo de intimidad con Dios?
• El pastor José Manuel dijo: "Jesús no está esperando a que lo ames más para Él amarte" ¿Por qué crees que a veces perdemos fácilmente de vista que Dios nos amó primero? Reflexionemos lo que dice 1 Juan 4:19

OREMOS CONFORME AL MENSAJE

• Pídele a Dios en oración que renueve tu entendimiento acerca del primer amor. Renuncia a todas las obras o prácticas que te hacen descuidar tus tiempos de intimidad con Dios. Acerquemos con arrepentimiento pidiéndole a Dios perdón si hemos permitido que la flama de la adoración y el amor se apague en nuestra relación con Él.

RETO DE LA SEMANA

• Recuerda qué pequeños obsequios le hacías a una persona cercana (Esposos, padres, hijos, hermanos, abuelos, suegros, amigos) cuando recién los conocías o cuando la flama del amor estaba presente. Vuelve a comprar o hacer uno de estos obsequios (chocolates, una flor, un dulce, una carta de amor, un mensaje de texto de amor, etc), elige un día de la semana y sorpréndelo entregando el presente con cariño como muestra de tu amor por esa persona.