Jesús no te condena

Resumen y preguntas de discusión

Pasajes principales

Josue 7:1-26 NTV
7:1 Sin embargo, Israel desobedeció las instrucciones sobre lo que debía ser apartado para el Señor. Un hombre llamado Acán había robado algunas de esas cosas consagradas, así que el Señor estaba muy enojado con los israelitas. Acán era hijo de Carmi, un descendiente de Zimri, hijo de Zera, de la tribu de Judá....
²⁴ Después, Josué y todos los israelitas tomaron a Acán junto con la plata, el manto y la barra de oro; también tomaron a sus hijos e hijas, su ganado, sus asnos, sus ovejas, sus cabras, su carpa y todo lo que él tenía y los llevaron al valle de Acor. ²⁵ Luego Josué le dijo a Acán: «¿Por qué nos has traído esta desgracia? Ahora el Señor te traerá desgracia a ti». Entonces todos los israelitas apedrearon a Acán y a su familia, y quemaron los cuerpos. ²⁶ Apilaron un montón de piedras sobre Acán, las cuales siguen allí hasta el día de hoy. Por eso, desde entonces, al lugar se le llama valle de la Aflicción. Así el Señor dejó de estar enojado.
 

Juan 8:3-11 NTV
³ Mientras hablaba, los maestros de la ley religiosa y los fariseos le llevaron a una mujer que había sido sorprendida en el acto de adulterio; la pusieron en medio de la multitud. ⁴ «Maestro —le dijeron a Jesús—, esta mujer fue sorprendida en el acto de adulterio. ⁵ La ley de Moisés manda apedrearla; ¿tú qué dices?». ⁶ Intentaban tenderle una trampa para que dijera algo que pudieran usar en su contra, pero Jesús se inclinó y escribió con el dedo en el polvo. ⁷ Como ellos seguían exigiéndole una respuesta, él se incorporó nuevamente y les dijo: «¡Muy bien, pero el que nunca haya pecado que tire la primera piedra!». ⁸ Luego volvió a inclinarse y siguió escribiendo en el polvo. ⁹ Al oír eso, los acusadores se fueron retirando uno tras otro, comenzando por los de más edad, hasta que quedaron solo Jesús y la mujer en medio de la multitud. ¹⁰ Entonces Jesús se incorporó de nuevo y le dijo a la mujer: —¿Dónde están los que te acusaban? ¿Ni uno de ellos te condenó? ¹¹ —Ni uno, Señor —dijo ella. —Yo tampoco —le dijo Jesús—. Vete y no peques más.

Puntos principales

Seguramente cuando eras chico siempre escondías cosas, más si tienes hermanos, yo siempre escondía mis juguetes de mis hermanos. Recuerdo que una vez me enoje con mi mamá y por alguna razón fui a esconder los zapatos de mi mamá. Mi mamá buscó desesperadamente sus zapatos, andaba por la casa buscando y preguntando: Dónde estan mis zapatos?. Por un momento yo me sentí bien y por dentro dije: Jaja, nunca los va a encontrar. Luego me sentí mal y fui donde mi mamá, le entregué los zapatos y le pedí perdon. El punto es que TODOS hemos escondido algo en nuestra vida.

Es diferente cuando lo que ocultamos son cosas que hacemos y que pueden ser dañinas para nosotros o para otros. Probablemente, si estas luchando con pornografía, fornicación, adulterio, no lo haces públicamente, lo escondes. Nuestra reacción siempre es ocultar aquello que nos averguenza. Lo malo es que cuando ocultamos cosas, no mostramos la semilla, pero poco a poco las personas iran viendo el fruto de aquello que estamos ocultando. En algún momento verás un fruto o consecuencia de aquello que hoy estas escondiendo.

El libro de Josué relata el tiempo en que el pueblo de Israel estaba conquistando una promesa que Dios les dio, Israel no era una nación tan grande comparada con las naciones alrededor que ocupaban las tierras que Dios les había prometido. Pero Israel tenia a Dios con ellos. En ese momento Israel tuvo muchas batallas y no habían perdido ninguna hasta ese momento en el capítulo 7. Hai era una nación chica que derrotó a los Israelitas. La razón por la que Israel perdió esta batalla fue a causa de un hombre llamado Acán que desobedeció una instrucción de Dios dada al pueblo de Israel sobre no tomar ciertas cosas de los botines de guerra. Esta era la instrucción de Dios. Pero Acán habia robado ciertas cosas consagradas a Dios y las habia escondido. Israel venció a naciones grandes y más fuertes pero no pudieron con la más pequeña. 
Lo primero que hizo Josue fue culpar a Dios. Después de que Josué vió tantas victorias con Dios, perdió su mentalidad de conquista y quizo volver atrás. Al culpar a Dios, su expectativa bajó a conformarse con algo inferior de lo que Dios quería para su vida. Muchas veces una mala experiencia nos hace conformarnos con lo que teníamos antes.

Pero, la verdadera causa de sus derrotas y pérdida era el pecado de Acán que estaba afectando a todo el pueblo de Israel. Dios le dijo a Josué: Date que cuenta que lo que Israel esta viviendo es una consecuencia natural de sus pecados. A veces podriamos vivir una vida de fornicación y quedar embarazados, y reclamarle a Dios: Dios, por qué quede embarazada?. Talvez estas queriendo una restauración en tu matrimonio, pero sigues tratando mal a tu esposa. No podemos culpar a Dios de aquellas cosas que son consecuencias del pecado.

Dios no quería que Israel se deshiciera de su pecado solo para ver si de verdad el pueblo era bueno, sino, lo que Dios quería era que Israel siguiera viviendo en una victoria constante. El deseo de Dios no era destruirlos. Dios quiere apartarnos del pecado no para limitarnos, sino, para que vivamos una vida plena de victoria en victoria.

En los versículos 20 y 21, Acán fue expuesto por Dios delante de Israel, Acán termino aceptando su pecado, las cosas que tenía escondidas en su tienda. El pueblo tomó a Acán, todo lo que había escondido, sus hijos, su ganado, sus asnos, vacas, ovejas, todas sus pertenencias, lo llevaron al valle de Acor y apedrearon a Acán junto con su familia y quemaron sus cuerpos. Y asi, Dios dejó de estar enojado.

Muchas veces tenemos esta imagen de Dios, un Dios que esta enojado, esperando en que momento tu pecas para lanzarte un trueno y maldecirte. Y seguramente te estas preguntando: Esto no tiene nada que ver con el título del mensaje, Dónde esta Jesús en todo esto?
Sería muy tonto de nuestra parte tomar esta porción del libro de Josué y creer que ya entiendo a Dios. La Biblia es una sola historia, una historia completa de principio a fin, cuyo protagonista es Jesús. Yo no puedo conocer a Dios solo con leer la historia de Acán. Esa es la razón por la cual escondemos cosas, escondemos pecados que nos avergüenzas, porque esa es la imagen que tenemos de Dios. Si yo muestro qué es lo hay en mi, Dios me rechazará, Dios está enojado conmigo. PERO, no tenemos la historia completa...

Acán murió apedreado a causa del pecado, la ley dice: "La paga del pecado es muerte". quien viola una sola de las leyes es culpable. Es decir, todos somos culpables, nadie podría salvarse a sí mismo.
Pero Dios sabía que había alguien podía salvarnos, había uno que si podía salvarnos de nuestros pecados. Jesús. Él tomó el lugar del hombre, pagó el precio de nuestro castigo. Él murió en nuestro lugar. Él tomó la deuda que teníamos. A causa de eso, ahora podemos recibir todas las bendiciones que Jesús se merecía, todo el favor que Él se merecía.

Esta historia de Acán no acaba aquí, En Juan 8:3-11, nos encontramos con una historia similar. Jesús estaba con los fariseos, quienes le llevaron una mujer adultera que estaba escondiendo su pecado igual que Acán. La colocaron en medio de la multitud para apedrearla. Estamos frente a la misma escena: La paga del pecado es muerte. La gente estaba lista para apedrearla. 

Jesús empezó a escribir sobre la tierra, se levantó y confrontó a la gente diciendoles: "el que esté libre de pecado, que lance la primera piedra". Los acusadores se retiraron uno a uno dándose cuenta que todos eran pecadores y merecían el mismo castigo, la muerte.
Jesús levanta a la mujer y le dice: Dónde estan los que te condenaban? Ninguno pudo lanzar un castigo sobre ella porque Jesús estaba en ese lugar, y lo que sucedió es que Jesús le dice a la mujer: Yo tampoco te condeno. 
 

YA NO HAY CONDENACIÓN PARA LOS QUE ESTÁN EN CRISTO JESÚS, JESÚS TE AMA Y QUIERE UNA RELACIÓN CONTIGO. POR LA GRACIA DE DIOS MANIFESTADA EN JESÚS PODEMOS TENER VIDA, BENDICIÓN, NO POR LO QUE HACEMOS SINO POR LO QUE JESÚS HIZO. CUANDO LE ABRES TU CORAZÓN A JESÚS Y TE MUESTRAS TAL COMO ERES, EL TE PERDONA, TE LEVANTA, TE SANA, TE TRANSFORMA, TE LIMPIA. MERECIAMOS UN CASTIGO, PERO JESÚS YA LO PAGÓ.

Preguntas de discusión

CONÓCEME MEJOR

• ¿Alguna vez escondiste algo cuando eras niño? Juguetes, objetos, ropa?. 
• ¿Qué fue lo más vergonzoso que escondiste en tu vida?
• ¿Haz memoria sobre qué sentías al esconder, cuáles eran los sentimientos que despertaban en tí?  

PROFUNDICEMOS EN EL MENSAJE

• Después de leer la historia de Acán en Josué 7:1-26 ¿Por qué crees que Dios no castigó únicamente a Acán, sino que culpó a todo Israel por el pecado cometido por uno?.
• ¿Por qué crees que nos cuesta trabajo creer que Dios es bueno, por qué crees que muchas veces actuamos como si Dios estuviera listo para enviar fuego del cielo y matarnos, por qué crees que es más fácil autocondenarnos que pedir confesar nuestros pecados, pedir perdón y rectificar? 

APLIQUEMOS EL MENSAJE

• Haz una oración personal y pídele al Espíritu Santo que te ayude a ver a Jesús de manera distinta, que te ayude a mostrarte tal como eres delante de Dios, sin ocultar nada.