CONFIADOS Y GENEROSOS

Resumen y preguntas de discusión

Pasaje principal

Confía en el SEÑOR y haz el bien; entonces vivirás seguro en la tierra y prosperarás.

Salmos 37:3 NTV

El que es bondadoso se beneficia a sí mismo.

Proverbios 11:17 NVI

Puntos principales

Cuando aprendemos a vivir confiados en el Señor, entendemos que también hemos sido llamados a ser generosos. Siempre que el Señor nos da una instrucción no es para limitarnos, sino para bendecirnos. Él quiere llevarnos de una mentalidad de escasez a una mentalidad de abundancia.

En el pasaje de Salmos 37:3, David aconseja confiar en el Señor y hacer el bien para vivir seguros y prósperos. Por ello, entendemos que confiar y ser generosos con otras personas, nos trae bendición. Podemos ser generosos al dejar de centrarnos en nosotros mismos, y ver las necesidades de quienes me rodean.

¿Cómo podemos confiar?

1. Procurar conocer más a Dios. Jesús confiaba en la generosidad del Padre, y por esta razón le era fácil despojarse de lo que tenía.
2. Identificar las bondades de Dios en tu vida. Si eres capaz de ver todo lo que tienes de parte de Dios vas a aprender a confiar. Haz memoria de los días malos y como el Señor te sacó de ellos.
3. Identificar si estas luchando con un espíritu de miseria, y pedirle a Dios que lo rompa. A veces no confiamos porque estamos luchando con el recuerdo de la escasez que pasamos de niños o una maldición de miseria que está sobre nuestra familia.

Tu no fuiste creado para tener una mentalidad de escasez, porque tenemos un Dios sobreabundante. Cuando el Señor nos indica que seamos generosos, el Señor nos está gritando, “¡Te quiero bendecir!”.

¿Cómo podemos hacer el bien?

1. Poner la meta diaria de ser generosos con al menos una persona al día. Hacer esto te permite ser intencional. Quizás no podemos ayudar a todos, pero sí a quienes nos rodean. A veces oramos por un milagro, pero nosotros podemos volvernos el milagro de alguien.
2. Cambiar el pensamiento “Yo necesito” por “Yo puedo dar”. Muchas veces, por razones culturales, luchamos con el pensamiento de ser pobres, de haber sufrido carencias.
3. Aprovechar toda oportunidad para ser generosos. Si te invitan a participar en algo, no renegar, no amargarse, y soltarnos. Al aprovechar cada oportunidad, ejercitamos el músculo de la generosidad, entre más lo ejercita, más fuerte se vuelve en tu vida, y menos te va doler dar.

Cuando aprovechamos las oportunidades de ser generosos, nos ayuda a dar buen testimonio, las personas identifican un dador en nosotros, y seremos recordados por eso. Inspiramos, y contagiamos a otros a ser generosos. Si confiamos, veremos la generosidad de Dios y nos convertiremos en una extensión de esa generosidad. Ya Jesús dio todo para que tu disfrutes hoy, y aun puedas soltar todo.

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PROFUNDICEMOS EL MENSAJE

¿Es fácil para ti confiar en Dios y sus promesas?

¿Cómo puedes ser generoso con quienes te rodean en esta semana?

OREMOS CONFORME AL MENSAJE

Padre, gracias porque nos has mostrado que podemos confiar en ti. Quiero pedirte que me enseñes a confiar cada área de mi vida a ti. Permíteme conocerte, quiero saber más de ti. Ayúdame a ser generoso en todo lo que hago, y a hacerlo confiando en ti, con amor y excelencia. Ayudame a confiar en tu generosidad, Señor. Ayúdame a ser un buen administrado, un buen mayordomo de mis finanzas y recursos. Hoy declaro que tú, Señor, me darás descanso, plenitud y fructificaré en todo lo que hago. Amén.

RETO DE LA SEMANA

Seamos generosos con una persona al día, cada día.